viernes, 23 de mayo de 2014

Microrrelato

- Eramos dos amigos, que veníamos de fiesta un sábado, eran las cinco de la mañana, todo estaba muy oscuro y llegando a una curva, vimos a una mujer llena de sangre haciendo autostop.
- Nosotros, asustados, pasamos de largo. Aliviados ya a unos trescientos metros, apareció en el asiento de atrás esa chica y sin saber que hacer, intentamos ayudarla.
- Llegando ya a la urbanización donde vivíamos, el coche empezó a acelerar solo, sin control. Mi amigo y yo nos miramos aterrorizados y empezamos a volar, como si el coche fuera un avión; al darnos cuenta, la chica había desaparecido.
- En un abrir y cerrar de ojos, despertamos dentro del coche, estábamos en la luna; salimos del coche y por la falta de oxígeno, nuestros cuerpos explotaron por la presión.


Veníamos de una fiesta, al llegar a una curva vimos a una chica ensangrentada haciendo autostop. Asustados pasamos de largo.
De repente, ella estaba allí, en el asiento de atrás sentada junto a nosotros.
El coche empezó a acelerar sin control y voló, la chica desapareció; gritamos presa del pánico. Al despertar, estábamos en la luna, donde nuestros cuerpos explotaron por la presión.


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