viernes, 21 de febrero de 2014

¿Qué pasaría si...?

Un día me despierto de una buena siesta y noté un ambiente extraño. Decidí ducharme ya que era verano y estaba muy sudado. Abrí el cajón de mi ropa interior y al coger los calzoncillos me encontré que había miles de gusanos.
Grité del pánico, no me podía creer que en mi cuarto hubiera estúpidos y asquerosos gusanos, fui corriendo a la cocina para coger el insecticida, me armé de valor y al abrir la puerta de mi dormitorio, todo estaba repleto de bichos.
Tenía la casa llena de gusanos verdes y asquerosos comiéndose mi ropa, me sentía sucio.
Fui a llamar a llamar al fumigador y cuando vino; apareció él con sus enormes orejas y su hocico húmedo, me quedé muy extrañado. Cerré la puerta de la calle y me fui a lavar la cara, me di cuenta de que mis manos habían desaparecido, ahora tenía patas.
Me miré en el espejo y no era yo, me había convertido en un conejo; me quedé aturdido y me desmayé.

Ejercicio de Poemas


La noche entera
con una
sudadera
me la he pasado,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
de
diamantes  ensangrentados.
Hoy de nuevo estoy
vestido.
De nuevo
me levanto,
elegante,
sobre mis hombros.